Antes de nada, es importante saber diferenciar entre MAL HÁBITO y TRASTORNO:
Mal hábito. Consultar RRSS al acostarse, levantarse o entre noche. Teclear mientras se come, camina o habla con alguien. Comprobar constantemente si hay nuevas notificaciones…
Trastorno. Cuando la persona no es capaz de controlar su acceso, sintiéndose impulsado a hacerlo cada vez que siente el deseo o tiene la ocasión para ello, y cuando conlleva al incumplimiento de obligaciones, compromisos y planes, o arrastra al aislamiento social y al abandono de la comunicación presencial.
Debes utilizar la tecnología digital de forma consciente y con una intención clara: presta atención a los sentimientos que despierta en ti y a su efecto en tu día a día.
Al ir a coger el móvil, piensa qué quieres hacer, si lo tienes que hacer ahora y si puedes hacer otra cosa en su lugar. ¿solo lo estás cogiendo porque sí? ¿Lo puedes dejar para más tarde? ¿No estabas viendo una serie?
Estamos tan habituados a sacar el móvil que lo hacemos ya de forma automática, sin necesidad de estar aburridos y aunque estemos intentando leer, ver una película o cenar con amigos. Una forma de evitarlo o al menos reducir la frecuencia consiste en crear fricción, una resistencia inicial para no hacerlo de forma casi automática.
Herramientas: mapas, música, cámara, el tiempo, las llamadas… Esas son las únicas que deberían estar en la pantalla de inicio.
"Comida basura": el correo, redes sociales, juegos… Son aplicaciones que a veces mejoran tu vida y a veces son una pérdida de tiempo o, peor, una fuente de malestar. Hay que decidir una a una si las borramos o no. En caso de duda, mejor borrar y reinstalar solo si la echamos de menos.
Las "máquinas tragaperras": redes sociales, apps de compras, algunos juegos… Estas hay que borrarlas.
Siempre podemos volver a activar las que echemos de menos, si tal cosa llega a ocurrir.